
...¡Oh más dura que mármol a mis quejas, y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve, Galatea!, estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas, que no hay, sin ti, el vivir para qué sea. Vergüenza he que me vea ninguno en tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo yo me corro agora. ¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo de ella salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Tuesday, September 30, 2008
Sunday, September 07, 2008
Café EXPRESS
Mira, aquí vienen por fin los cafés y con dos bombones.
El arte de comer lentamente un bombón sin ensuciarse los dedos.
-Ya sonríes.
-Ya me siento mejor. Pásame el azúcar. Me dieron ganas de seguir comiendo bombones.
-Ese es el truco, ahora llamas al muchacho y le pides la carta: tortas, kuchenes, estrudel de manzana... tu paladar ya está dispuesto para...
(ese beso... que no me das)
-Me gusta este lugar, tan cerca de lo cotidiano y a la vez tan lejos del bullicio y del smog, del trabajo... ¡Mira ese balcón! ya tiene flores.
La calle con sus adoquines y este café con su toldo me llevan fantasiosamente a otros lugares.
-Te ves bonita con esa bufanda...
Comer y conversar, ya está aquí la torta. Una torta, un tenedor, un cuchillo y una boca golosa. El arte de usar bien los implementos. Mi tenedor y mi cuchillo separando pequeñas porciones de selva negra. Siempre me he complicado con el uso de estos dos artilugios, quizás nunca he sido diestra y por eso este enredo. Te miro de reojo, la cucharita del café sale de tu boca limpia de espuma... “cucharitas”, café "Spoon" de Heredia... Bebes el café, me hablas y yo nada escucho, ríes y yo enredada con los recuerdos, el tenedor y el cuchillo: mano izquierda con el tenedor, mano derecha con el cuchillo, corto, paso el tenedor a la mano derecha para así llevarme un trozo de torta a la boca, qué complicado y largo es el camino, te miro, me sigues contando las mil y una anécdotas de tu viaje al Caribe.
-El calor, la humedad y los mosquitos eran insoportables... usábamos unos inciensos, supongo que el humo los espanta...
Sólo falta verte fumar un cigarrillo, pero tú no fumas y yo tampoco.
Qué complicado y largo es el camino. Paso la punta de mi lengua por mis labios con chocolate y café.
-¿Hasta cuándo vas a estar aquí?...
-Hasta hoy...
¿Y sí me quedo un día más?...
-La cuenta, por favor.
-Gracias.
Y nos despedimos con un tímido beso.
Me quedo con el sabor a poco y, mientras me alejo, trato de recordar tu sonrisa y tus últimas palabras.
¡en la variedad está el (buen) gusto!
Mina Mazzini: Parole Parole/Il Cielo In Una Stanza
Parole, parole... para terminar la trilogía de Mina, de quien no me dan ganas de despedirme, entonces entro a youtube y me deleito con este y otros videos de sus presentaciones ante amplios escenarios y elegantes orquestas de los años 60 y 70 de la televisión italiana. Ampliemos nuestros gustos melómanos hacia el pasado...