
...¡Oh más dura que mármol a mis quejas, y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve, Galatea!, estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas, que no hay, sin ti, el vivir para qué sea. Vergüenza he que me vea ninguno en tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo yo me corro agora. ¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo de ella salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Estos fantasmas del pasado de repente nos asaltan y viene el inevitable recuerdo, bueno o malo, con la pregunta: ¿Qué habrá sido de él?
ReplyDelete"El mundo cae a pedazos"
ReplyDeletePor algo son puntos sólo suspensivos y no finales.
ReplyDeleteSaludos.