No hay nada mejor que ir escuchando a David Bowie con su entrañable space oddity en la radio del auto.
“can you hear me, major Tom?
Can you...
Here am I sitting in my tin can far above the Moon
Planet Earth is blue and there's nothing I can do”
Can you...
Here am I sitting in my tin can far above the Moon
Planet Earth is blue and there's nothing I can do”
¡Gracias a dios que todavía no se ha masificado la televisión en los autos!... no soporto las voces, el sonido, los colores, imágenes anacrónicas. Ni hablar de los programas y sus contenidos, noticias por tele, uf! Más de lo mismo, más de lo que quieren hacernos creer. Sigo con Bowie.
Aceleras sin motivo y te vas serpenteando entre los vehículos, ¿quién te apura? Te miro de reojo, cambias detrás del volante, te agrandas, yo reviso el cinturón de seguridad, se pierde la señal de la radio al pasar por el túnel, “can you hear me…"
¿Can you... ?
Soy mañosa, no soporto subirme a un auto sucio y menos hediondo. Me dijiste que no te habías bañado, "luz roja", mala señal. Te miro de reojo, siento le velocidad en tu sonrisa y, definitivamente, yo tomo distancia, desde mi memoria, otro perfil me sonríe, "luz verde".
Desde niña me gustó la música clásica, después fui ampliando el abanico. Lo que más me gusta al viajar en auto es escuchar música, ahora a Lila Downs, ayer Congreso, Jóvenes Flamenco, Nek…
Me hubiera gustado conversar mas contigo, sobre cualquier cosa, escucharte, comentar, discutir, pensar… esa es mi normalidad. Apenas llegue a casa me pondré a leer ese u otro libro.
Conduzco de malas ganas, pero lo asumo y me adapto, te miro de reojo y te veo apoyando tu mano en el panel del auto, qué ridículo te ves ¿te doy miedo o es un tonto gesto?... relájate, lo mejor es escuchar un buen Cd, pongo Gotan Project.
Sí, cometo errores, pero eso solo me pasa contigo. Me pones nerviosa, me alteras. Nunca resultan las cosas contigo. Mejor estacionar por aquí y seguir caminando hasta encontrar un café. Conversamos un poco entre un café y un pastel. Miro hacia la calle, miro la gente y su pasar apurado, en ese pasar se nos va la vida. Te miro hablar, yo también digo algo, nos miramos pero ninguno logra escuchar.
Otra vez al auto. Para no olvidar nada he automatizado en orden cada movimiento: sacar bastón de seguridad, contacto, luz, freno de mano, embrague, primera y partir hacia el norte, sola, sin sonrisas de perfil, sola por el litoral y sus cuestas de cerradas curvas. El mar, la playa con sus cintas de blanca espuma, laderas de húmedas rocas. Me entrego al paisaje, de reojo miro el marcador, se que uno se acostumbra a la velocidad, el auto se desliza suavemente, escucho a Satie versión "Café del Mar", todo se vuelve hermoso y tentador, "luz roja"...
acelero sin pausas y sonrío sola,
atrapada por el vértigo de mi propia infractora complicidad.
Can you hear me?... can you?...
http://www.youtube.com/watch?v=xhu_uM9mk_o&feature=related
3 comments:
¿Y qué sería de nosotros si el Poeta Lárico un día no estuviese allí invitándonos a través de sus precisos y preciosos versos a volver al paraíso perdido,
aquel que perdimos entre la infancia y la adolescencia cuando el mundo no era materia y carne?
Después de un rato cargando las seis partes de la entrevista del ´95,
me recargo de ese aire y lo veo regresando con la última cerveza
a ver jugar al niño en su balancín roto y casi oliendo aquella flor inexistente...
Citando a Gonzalo Rojas,
otro vidente sureño de-generación:
"Un aire, un aire, un aire,
un aire,
un aire nuevo:
no para respirarlo
sino para vivirlo"
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