Sunday, June 22, 2008

Confía en mi, confía en mi...



Y vas por las calles de tu ciudad conquistando miradas y corazones.
Hipnotizando con sonrisas y susurros.
El “arte de la seducción”
Y ¿para qué?, digo yo, si no sabes “retener y cuidar".
Sólo una colección de anécdotas,
ciento de historias con números telefónicos y aromas afrodisíacos.
¿Qué es eso: codicia, avaricia... tener por tener?
Conquistas y tus conquistas las dejas escapar como agua por entre los dedos.
¡Cuidado con el derroche, en los tiempos actuales es un pecado imperdonable!


-Adiós- dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser mas simple:
"sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos".
-Lo esencial es invisible para los ojos- repitió el Principito para acordarse.
-Lo que hace mas importante a tu rosa, es el tiempo que tu has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella…- repitió el Principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad - dijo el zorro - pero tú no debes olvidarla.

Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tu eres responsable de tu rosa….
-Yo soy responsable de mi rosa…- repitió el Principito para recordarlo.”

Y el Principito se puso triste por esa orgullosa rosa que había dejado sola,
allá en su pequeño
asteroide.
Supo que por haberla cuidado ya era por siempre
responsable de ella y que, por lo mismo,
esa “rosa”,

a pesar de ser igual a todas las de este jardín,
era única y especial para él.
Ella estaba allá sola,
quizás ahogada por un baobab,
era casi seguro que ella lo estaba necesitando.
El Principito, tan pequeño,
ya había aprendido lo que significaba domesticar.




(Por estos lados también crecen pequeños baobabs)