Saturday, December 17, 2011

Un lugar al pie de la montaña.


 El muro bajo deja ver a los moradores del recinto y un paisaje que en solemne silencio los acompaña.



Adelante, pasen, pero cuidado... 


Entremos por fin.

 El día nos tiende generoso su manto de luz
que ilumina la villa de minúsculas casitas con coloridos jardines
protegidos por verjas como en toda vecindad. 




 ¡Pronto! improvisemos un hogar, 
llenémoslo de color al calor, 
mis huesos artríticos lo agradecerán.


(Disfruto de días de vacaciones, mediados de julio, pleno invierno por estas latitudes. Siempre he creído que bien vale la pena gastar tiempo y dinero en movernos por el planeta. Esta vez el recorrido ha sido: Viña del Mar, Los Vilos, Illapel, Combarbalá, Ovalle, La Serena y Vicuña. Sol, sol, cielo limpio, montañas, cordillera, espacio, silencio... le dan sentido a todo lo que se estuvo haciendo día tras día en la ciudad. Fotos del Cementerio ubicado en el cruce a Cogoti 18, El Durazno y Combarbalá, de fondo la Cordillera de Los Andes, Chile.  )

Viejos sin memoria.


Me dices que te vas a casar, te pregunto por qué, para qué. Nos queremos, me respondes. No es suficiente para asegurarte suerte en el proyecto. Qué más da, ningún proyecto es para siempre, siempre tenemos que estar pensando y armando otros para reemplazar al que ya está muriendo en forma natural. Qué tanto, si todo pasa tan rápido, si vamos destinados al rápido abandono y olvido. Pocos llegan a ser leyenda. No quiero deprimirme ni echar abajo los proyectos de otros, simplemente tu nuevo estatus civil, no declarado en su momento, me vuelve incrédula y cínica. Lo malo es que yo poco o nada tengo como para confesarte y, de pasadita, vengarme. Bebo recordando viejas costumbres mediterráneas (todo borracho termina igual, cínico y molestando a los demás) Pronto el sol se pondrá tras una bruma amarilla, tantas cosas sin hacer, tantos proyectos incompletos. Una vida de cortos entusiasmos, algunas decepciones, muchos encuentros y desencuentros, amores frustrados. Viejos ya no nos importará habernos equivocados, haber perdido el tiempo, haber hecho daño, no haber pedido perdón, no haber dicho te quiero…  Viejos de mierda, sin memoria no recordaremos el nombre del otro ni su número de celular. Viejos ya nada importará.