Saturday, May 15, 2010

el laGarto está lloRando.



A la semana de casada perdí mi anillo de oro de 18 kilates. Lavándome las manos vi impotente como se me escapaba de mi delgado dedo por el desagüe del lavabo. Recuerdo mi exagerada angustia y cómo conseguí que destaparán la cámara del alcantarillado, pero todo fue en vano. Como los viejos lagartos, lloré la pérdida de ese anillito de desposada. Qué extraña me resulta la imagen de esa joven intentando ser una ejemplar mujer casada pero qué familiar me resulta este poema y sus lagartos.