Días de soledades, son días de desórdenes y libertades. Detrás de estos minúsculos detalles de colores, líneas y bordes, mis pensamientos fluyen. Lo mismo podría estar tejiendo un gran telar.
En principio fue el kaos.
Mis recuerdos y mis nostalgias, mis deseos, mis frustraciones y mis enojos van quedando atrapados en este enmarañado tejido de encajes, con ángulos y curvas confusos.
Van pasando los días y las noches.
Discuto sobre si tiene sentido dejar pasar así la vida. Muchas respuestas.
Salgo a respirar el aire tibio de la tarde.
Salgo a mirar el horizonte cortado por las siluetas de otros botes que se deslizan suavemente sobre el mantel azul del paisaje.
Puedo hacer un inventario minucioso de esta bahía: edificios de color amarillo, naranja, rosado; ventanas abiertas, ventanas cerradas, ventanas estrechas, con y sin persianas; jardineras con rojos geranios... recorro sus portales, subo las escaleras de sus antiguos edificios sintiendo el eco de mis tacos, me asomo a uno de los balcones a mirar los botecitos y el transcurrir de los lugareños y los turistas, todo es alegre bullicio, la brisa es tibia. Lanzo mi mirada y mis divagaciones al cielo quedando atrapadas entre nubes que se diluyen en desteñidas hilachas.

Los segundos transcurren sin sentir su transcurrir.
Y, ¿Por dónde andarán tus pasos?...
A tu regreso me tomarás por la cintura y repetiremos el viejo ritual.
Ya me contarás todo lo vivido.
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Armar y desarmar el tejido, volver a empezar.
http://www.youtube.com/watch?v=TTrNNmIenbw&feature=related
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